EN LAS NUBES
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No se olvidan
23 de febrero de 2015


Carlos Ravelo Galindo, afirma:

En recuerdo de don José Vicente Aguinaco Alemán y su esposa doña Guadalupe Bravo de Aguinaco. Ambos, juntos ya, disfrutan del Cielo. Y un saludo fraterno a sus hijos Patricia,  Magdalena, Vicente, Dolores, Fabián y Guadalupe.

         Por cierto un día como hoy, hace cuatro años, murió Juan Pablo II. El, como  sucesor de San Pedro, fue  quien  desde la Basílica de Guadalupe, externó lleno de emoción:

“México, Creo en ti”. Nadie puede olvidarlo.

¡Hola, soy Lolek! Me conocieron también como Karol Wojtyla. Nací un 18 de mayo en Wadowaice, Polonia. Ella, mi madre   que se llamaba Emilia  me dio el mejor regalo, la vida. Mis papas me dejaron muy pronto y tuve que salir adelante solo; bueno eso creía yo pero...

Conocí a mi mejor amigo a los 8 años y sabes… nunca me abandonó.  Joven alegre, me gustaba el fútbol, la natación y era muy buen estudiante. Cuando crecí me gustaba mucho el teatro, pero mi amigo me insistía mucho en que lo siguiera y sabes, me convenció…

Me toco vivir los horrores de la segunda guerra mundial. No podía ir a la escuela porque los nazis no nos dejaban y tuve que hacerlo a escondidas. Le entregue toda mi vida a Él que un día me nombro el encargado de su empresa y entonces mi vida cambio y tal vez la tuya también.

Tenia que trabajar mucho con el apoyo de todos. Y utilizaría todas las herramientas a mi alcance. Había gente que pensaba que no era una persona normal y se equivocaba.

Hice algunos amigos… tan solo unos pocos

Alguna vez me caí… Pero por amor me levante y perdoné

Me di cuenta que no estaba solo, que había gente que compartía mi amor por la gente.

Viajé y te conocí. Estuvimos juntos muchas veces. Conocí tu País. Y entonces me percaté de que me sentía   mexicano. Que me gustaba estar contigo. Pero el tiempo terminó…

Me hubiera gustado seguir aquí, contigo, pero era tiempo de ver a mi amigo y decirle, que cumplí mi  misión.

 Los he visto llorar. Les he visto estar tristes. Les he visto sufrir por mí. No sientan que caminan solos. No sufran. No sientan angustia. Acérquense a Dios. Y El les dará las  gracias  por estar  a  su lado.         “Para demostrarle cuanto me quieren, nunca los dejaré solos. Recuérdenme con la sonrisa cuando los vi y me vieron. Ayuden a mi amigo Francisco  que desde Roma seguirá con la labor de Cristo”.

Y que no se olviden que Karol Wojtyla, hoy San Juan Pablo II, se queda con ustedes hasta el final de los tiempos.
craveloygalindo@yahoo.com.mx


El alma de niño
11 de febrero de 2015

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

El relato nos habla de ese momento mágico en que dos almas se reconocen. Como ya acogió ese don con inusitado entusiasmo nuestro joven mandatario en sus giras. Ya hasta bromas hace. Buen comienzo.

Claro que no ha tenido más que unos pocos momentos como aquél. Sonreír y hacer reír son otros ejemplos. Como también observar y besar a un bebé. Aunque no le aplaudan.

¿Por qué sonreímos cuando vemos un bebé?

Quizá sea porque vemos a alguien que aún no tiene todas esas barreras defensivas. Alguien que, bien lo sabemos, cuando nos sonríe lo hace de forma totalmente auténtica y sin engaños.

Y el alma de bebé que llevamos dentro sonríe con melancólico agradecimiento. Eso no tiene que informárselo a su jefe quienes cobran en Los Pinos. De ello se ha dado cuenta  solo,  cuando convive, sean minutos, con el pueblo que tanto, aún, espera de él.

Luego de este breviario cultural, que tengas un hermoso día.  Lo mereces. Y también un abrazo con una sonrisa, en este miércoles de Ceniza. No olvides que, tarde o temprano, eso seremos. Residuo, no niño.

craveloygalindo@yahoo.com.mx

Gracias
11 de febrero de 2015

 

Carlos Ravelo Galindo, afirma:


         Gracias a  mi nieto Jorge Alberto Ravelo Barba, médico cirujano, que nos honra al ganar una beca para especializarse en cirugía de tórax, en Barcelona, España.

         A él el poema que Rudyard  Kipling  dedicó a su hijo:

Si quieres amarme
Bien puedes hacerlo.
Tu cariño es oro
Que nunca desdeño.
Más quiero comprendas
Que nada me debes.
Soy ahora padre
Y tengo los deberes.
Nunca en las angustias
Por verte contento
He trazado signos
De tanto por ciento.
II
Ahora, pequeño
Quisiera orientarte:
Mi agente viajero
Llegará a cobrarte.
 Será un hijo tuyo:
Gota de tu sangre
Presentará un cheque
De cien mil afanes…
Llegará a cobrarte.
Y entonces, mi niño
Como un padre honrado
A tu propio hijo
Deberás pagarle.

         Dios Bendiga a tus padres  también, decimos Bety y
craveloygalindo@yahoo.com.mx

El Perdón
09 de febrero de 2015

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Octavio Raziel, reconocido escritor y periodista nos autorizó a compartir su siguiente comentario, pleno de reflexión y verdad. Helo:

“En estos tiempos, escuchar la palabra perdón es raro, pero más raro es ofrecerlo.

El perdonar es una recomendación en todas las religiones y una obligación que deberían practicar todos los seres humanos.
En el catolicismo es sabido que cuando un pecador pide perdón al Creador unos segundos previos a su muerte, ese es un acto suficiente para permitirle el paso al Paraíso, como “los perros de Dios”.

En el judaísmo una reflexión dice: Le preguntaron a Dios cuál era la condena para el pecador y Él sentenció: que retorne y será perdonado (Ieruchzalmi-Makot 2-6) También se dice que aún aquella persona que pecó y trasgredió toda la Torá durante toda su vida, y retornó a Dios antes de morir, en el cielo no le recuerden ningún pecado (Kidushin 40)

Uno de los ejemplos religiosos que encontramos en la Biblia es la parábola del hijo pródigo, ese que alcanza la indulgencia del padre al regresar después de haber sido dado por perdido.

En el budismo, existen los conceptos Mettá (tierna amabilidad), Karma (compasión), Mudita (gozo compasivo) y la Upekkhá (ecuanimidad), virtudes que se anteponen al resentimiento.

En la filosofía que impartió Jesús y que enseñó a sus discípulos sobresale la oración dirigida a su Padre: “perdona nuestras ofensas, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden”

Me pregunto si la frase de “ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón” es válida.

El fallecido papa Juan Pablo II, de quien se había dicho corría sangre judía por sus venas, llegó hasta el Muro de los Lamentos, en Jerusalén; posó sus manos en esas piedras de más de 2,500 años y leyó en voz muy baja lo que había escrito en un papelillo que enrolló y posteriormente lo dejó en uno de los intersticios de las piedras.

Ávido como siempre a la publicidad realizó sus movimientos suavemente y en ocasiones se pensaba que sollozaba frente al lugar más sagrado de los judíos.

Entre las frases que contenía el mensaje sobresalía: “estamos profundamente afligidos por el comportamiento de aquellos que, en el curso de la historia, hicieron sufrir a vuestros hijos y os pedimos vuestro perdón”.

Desde esa línea directa con el dios de los judíos se imploró, además, la clemencia para aquellos que con la cruz y la espada dominaron el mundo por casi dos mil años.

El mensaje fue enviado al museo memorial de la Shoah (Holocausto) donde dijeron: será guardado por la eternidad.

Este tipo de mausoleos deberían extenderse a otros genocidios, como los perpetrados por los jemers rojos, en Camboya; la desaparición de millones de rusos por el estalinismo, las bombas de Hiroshima y Nagasaki, las matanzas en Ruanda, en los Balcanes, en Turquía o las organizadas recientemente por los Estados Unidos contra cientos y cientos de miles de inocentes en Irak, Afganistán y en todo el mundo. Más reciente, debía ser también extensivo a las víctimas ahora de los judíos: los palestinos, jordanos, libaneses y demás pueblos árabes a los que han masacrado en nombre del dios de Israel.

En México sería el dedicado a los millones de indígenas que en la conquista y en la colonia murieron por la ambición cobijada por la religión.

Esos monumentos deben ser edificados para que nos recuerden en todo momento las atrocidades de que somos capaces. Sean éstos monumentos una forma de que el resto de los mortales pidamos perdón al haber ofendido a la raza humana por omisión, por silencio, por descuido. Pero, además, por ceguera, sordera, mudez y falta de sensibilidad.

Olvidar ofensas y tener indulgencia hacia los demás, deberían ser nuestros atributos no sólo el día del perdón, sino todos los días”.

Nosotros consideramos  siempre  perdonar. Pero más importante, no olvidar, agregaríamos.
 craveloygalindo@yahoo.com.mx

Culpables
08 de febrero de 2015

         Carlos Ravelo Galindo, afirma;

         Por supuesto que todos somos culpables. Culpables de permitir los errores de quien aún no comprende que es el jefe de la nación. De hacer creer al joven mandatario que todo lo que predica se cumple.

El pueblo ya no se chupa el dedo ni  lo aplaude.

Ni cree que el nuevo empleado de la casa presidencial  limpiará el escándalo y  cuadrará las casas, mal habidas, dentro de la legalidad.

Se menosprecia la inteligencia de los mexicanos. Muy superior al contenido  de su ensoñación, que no mensaje, que se le escuchó decir en Los Pinos, y no se aplaudió como el mismo reconoce.

Nadie en su sano juicio podrá decir que la orden, dada al nuevo agregado al gabinete, extirpará el cáncer, el pus, la corrupción en que vemos inmerso al gobierno de México.

No se olvida que el bisoño politico, en una charla con periodistas, en Palacio, afirmó, contra toda lógica, que “En México la corrupción es nuestra cultura”.

Nadie lo admitió, pero ¿quién se enfrenta al joven jefe? Quieren tapar el sol con un dedo. Pero escogieron  mal día: Hubo luna llena que  nos recuerda, con  su esplendor, que la podredumbre hunde al país.

No entiende, ni comprende. No se entera o no quiere hacerlo, acaso  para no perjudicar a sus amigos, que la crisis de ética pública que se vive en México no se resolverá mediante la cooptación y el engaño estratégico.

Bien se dice que la reforma que necesita el país es mucho más honda y debe ser, por definición, más honesta. La indignación es justa.

Todos somos culpables de no recordarle a quien va en su tercer año, que en los cargos públicos para bien de todos debe haber  conocedores, no  amigos.

Y también decirle, por si lo entiende, que a los que saben los puede convertir en amigos. Pero a los inútiles, no los puede convertir en inteligentes.

Si, todos somos culpables, debemos reconocerlo. Aunque nos duela. De eso y otras muchas cosas que pasan y pesan en el país. Aún cuando corra el rumor de que en “México no pasa nada. Absolutamente nada”.

         Craveloygalindo@yahoo.com.mx

Doce  Arcángeles
02 de febrero de 2015

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

"Siempre me siento feliz, ¿sabes por qué? Cuando no espero nada de nadie, porque  esperar siempre duele, llega un Arcángel que te ayuda. Como hoy”.

 Los problemas no son eternos, siempre tienen solución, lo único que no se resuelve es la muerte. Ni con amparo. No permitas que nadie te insulte, te humille o te baje la autoestima. Los gritos son el alma de los cobardes, de los que no tienen razón.

Siempre encontraremos gente que te quiere culpar de sus fracasos, y cada quien tiene lo que se merece. Hay que ser fuertes y levantarse de los tropiezos que nos pone la vida, para avisarnos que después de un túnel oscuro y lleno de soledad, vienen cosas muy buenas. "No hay mal que por bien no venga".  Por eso, disfruta la vida que es muy corta, por eso ámala, se feliz y siempre sonríe. Solo vive intensamente para ti y por ti.

Recuerda: Antes de discutir, respira; antes de hablar, escucha; antes de escribir, piensa; antes de herir, siente; antes de rendirte, intenta; antes de morir, vive.

 La mejor relación no es aquella que une a personas perfectas, sino a aquella en que cada individuo aprende a vivir con los defectos de los demás y a admirar sus cualidades.

         Que quien no valora lo que tiene, algún día se lamentará por haber perdido y que quien hace mal algún día recibirá su merecido. Si quieres ser feliz haz feliz a alguien, si quieres recibir, da un poco de ti, rodéate de buenas personas y sé una de ellas.

 Recuerda que  a veces de quien menos esperas es quien te hará vivir buenas experiencias.

 Nunca arruines tu presente por un pasado que no tiene futuro. Una persona fuerte sabe cómo mantener en orden su vida. Aún con lágrimas en los ojos, se las arregla para decir con una sonrisa "Estoy bien".  Enviamos  este mensaje a una persona fuerte. Elegimos a quien dárselo. Mañana será el día mejor en absoluto. Te dejo 12 Arcángeles: uno por cada mes,  para que no olvides nuestras sugerencias. Y, no obstante el actual cielo obscuro, agradece estar vivo. Como yo.
Gracias amigo mío por infundirme otra vez ánimo en la vida.

craveloygalindo@yahoo.com.mx